miércoles, 25 de junio de 2014

SEMANA 8 BIII ÉTICA DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN

ÉTICA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Pablo García
La relación entre la ética y los medios de comunicación implica una problemática novedosa y cada vez más rica y compleja. Nos proponemos analizar aquí esa relación; en particular, nos preguntamos si es posible que los medios de comunicación determinen la acción de los hombres de modo tal que ésta no pueda considerarse libre.

 Decimos que esta problemática es novedosa porque la presencia de los medios en la vida cotidiana es un fenómeno de los últimos años. Recordemos que solo a comienzos del siglo XX se transmite por primera vez la voz humana desde una emisora (radio), que la imagen se emite, aproximadamente, a la mitad de siglo (televisión) y que, en estas últimas décadas, se produce lo que suele llamarse la "explosión mediática". Los medios son un elemento en expansión dentro de nuestra cultura que está íntimamente vinculado con la técnica; por eso, es que la relación entre ética y medios implica, a su vez, una posición respecto de la técnica.

Por otra parte, y al mismo tiempo, los medios son un componente esencial de los nuevos procesos políticos, económicos y culturales que llamamos globalización; y, también, en este aspecto, guardan estrecha vinculación con la ética y la filosofía política.

Tal vez, este carácter expansivo hace que la inicial reflexión acerca de los medios se nos presente, hoy, con ciertos rasgos de anacronismo. Desde posiciones teóricas diferentes, los primeros pensadores sostuvieron tesis más o menos deterministas: tanto la metáfora del "sistema nervioso" (Mc Luhan), como el concepto de "industria cultural" (Escuela de Frankfort), llevaban implícito ese punto de vista.

Ahora bien, la recusación de anacronismo no implica negar la influencia de los medios en la acción, tampoco su carácter constitutivo de la cultura actual, sino afirmar que, pese a su efecto condicionante, ellos no anulan la libertad del agente.

Todo esto podría ser una temática del pasado reciente y, en ese sentido, no habría menester replantearla. Sin embargo, teóricos de nuestro presente reactualizan estas posiciones; sólo basta leer como ejemplo algunas líneas del reciente Homo Videns, de Sartori, para advertirlo. Allí, se dice: "Utilizo "televisión" y "televisor", indistintamente, para indicar que la relación entre el televisor-máquina y el televidente es estrechísima. El televisor, por así decirlo, entra dentro del televidente y lo plasma"[1].

Por lo general, y lo que acabamos de leer lo reafirma, los medios fueron pensados (y aún hoy hay quienes siguen pensándolos de ese modo) a partir de una metáfora que los asemejaba a un Golem; los medios son un "aparato" poderoso que se adueña del pensamiento de los hombres, les obtura cualquier tipo de discurso original y crítico y los lleva a obrar de un modo impensado. Ellos resultarían, así, un instrumento de poder que sojuzga al hombre imponiéndole una lógica ajena y ajenizante que conduce a que todas sus acciones estén dirigidas, de un modo deliberado o no, a generar, conservar y expandir ese poder. Los medios conseguirían, de ese modo, que el lenguaje de la vida cotidiana pierda toda riqueza y que sea impracticable todo intento de diálogo, comprensión y acuerdo. Al pensarlos así, cualquier diferencia parece imposible.

Para estas posiciones, los contenidos mediáticos serían estereotipos, fórmulas fijas que no expresan nada auténtico. Esos mensajes, a su vez, carecerían de vitalidad, serían productos inertes respecto de todo lo que escapase a la lógica del poder, carecerían de elementos críticos que hicieran peligrar esa legalidad. En esta consideración está supuesta la oposición y desvalorización de la cultura mediática con relación a la cultura letrada burguesa; a los arquetipos propios de la cultura elevada, se les opone los estereotipos muertos de la cultura de masas.

Además, estas posiciones interpretan como un defecto el hecho de que sus productos se repitan a sí mismos como el mal infinito y, al mismo tiempo, sean reproducidos en versiones similares.

Por todo esto, los mensajes generarían algo así como una pasteurización cultural, y harían que los discursos carezcan de cualquier contenido original y transformador, lo que, al mismo tiempo, posibilitaría y acrecentaría un sistema de control social totalitario con apariencia de diversidad.

Admitimos que estas objeciones tienen cierta legitimidad. Es cierto que la cultura mediática implica, la más de las veces, simplificaciones y productos estandarizados, pero esto no quiere decir que los medios sean determinantes de la acción. Por el contrario, si la experiencia surge de una frecuencia en el trato, es posible pensar que estas simplificaciones no pueden ser indefinidas.

Con esto, comenzamos a afirmar que los medios de comunicación de masas no necesariamente producen una homologación del pensamiento. Los medios y sus relaciones con otras esferas encierran problemas que, como tales, implican, al menos, posibilidades de desarrollo en un sentido no determinista[2]. Enunciemos algunos de esos problemas:
   - Los centros emisores tienen diferencias según el régimen de propiedad: privados, estatales, públicos, regionales..., que deben ser consideradas en su peculiaridad.
  - Están expuestos a relaciones de competencia entre sí en función de anunciantes, audiencia, prestigio, etc.
   - No les es fácil resolver las diferencias entre las cuestiones económicas, políticas y sociales que se juegan dentro de ellos.
   - Que pertenezcan a grupos de poder extramediáticos, como generalmente ocurre, no anula la rivalidad y la lucha existente entre esos grupos.
 - Además, al menos algunas de sus acciones (mediciones de audiencia, indagación de demandas, etc.) manifiestan que esos centros se muestran atentos y dispuestos a los requerimientos de los consumidores.
  - Y cuando no fuese así, no pueden evitar el imperativo de la "información periodística", dado que en la dinámica propia de los medios, ella constituye un valor.
 - Tampoco pueden generar toda la información y abstraerse totalmente de los acontecimientos extramediáticos.
  - Asimismo, la demanda de información implica una instancia, que no sea más que parcial, exterior a la esfera de decisión de los centros emisores. Esto indica el tránsito tanto a las fuentes de información como hacia el usuario.
  - Tampoco pueden evitar que, en ocasiones, las emisiones no se ajusten a los patrones típicos de la cultura de masas.
 - Y, aun cuando sus programas posean las formas adocenadas del "entretenimiento popular", es posible que ellos contengan mensajes originales y críticos[3].
 - Por otra parte, debe considerarse que los sujetos que irrumpen en los medios poseen una diversidad étnica, cultural y social[4].
 - También, que esos sujetos llegan a las instancias mediáticas con una historia que los posiciona de un modo propio en los medios.
 - Y que los proyectos que esos sujetos desarrollan se expresan sólo parcialmente en los medios.
 - Por otra parte, los lenguajes con los que los medios ponen de manifiesto estos proyectos también poseen una historia previa y paralela a ellos, (el sainete, el circo, etc., deben ser considerados para una comprensión más acabada)[5].
 - Y que esos lenguajes mediáticos suelen ser más complejos que los criterios teóricos para codificar y decodificar (el lenguaje gestual, por ejemplo).
 - Además, los géneros mediáticos no son algo fijo y unívoco, sino que están en constante proceso de mutación[6].
 - Y en cuanto a los destinatarios, los mensajes no necesariamente alcanzan el fin que persiguen. Las condiciones particulares de la recepción suponen un contexto cultural específico que puede alterar el sentido asignado en la emisión, incluso transformarlos en su contrario.
 - Y aun cuando estos mensajes llegasen a los receptores con su sentido predeterminado, están expuestos a las resignificaciones propias de las prácticas interpretativas de la vida cotidiana.
 - Incluso, cuanto más manipuladores sean los intentos de los centros, más fácilmente pueden hacer que la audiencia los identifique como tales y genere resistencias y reacciones acordes con esa lectura no esperada.
 - Por otra parte, los géneros mediáticos cambian de acuerdo con receptor (un mismo tipo de emisión varía en su carácter según los intereses e inclinaciones de los distintos receptores).
  - Además, dado el alcance planetario de los productos mediáticos, los mensajes suelen llegar a receptores a los que no están dirigidos.
 - Por eso, es necesario tener en cuenta que los distintos procesos históricos nacionales generan horizontes de comprensión ajenos y muchas veces ignorados por los emisores.                 
  - Así también, las diferencias nacionales implican consecuencias irónicas, como resultado de las diferentes traducciones.
 - Por último, en otro plano, la evolución técnica de los medios de comunicación no necesariamente se produce en una dirección favorable a la concentración y determinación. El progreso técnico genera nuevas posibilidades que pueden ser explotadas por quienes participan del proceso mediático en formas diversas y hasta antagónicas a los intentos deterministas.

 Esta pluralidad de cuestiones nos hace rechazar cualquier concepción determinista, y muestra la necesidad de profundizar, con estudios interdisciplinarios, la reflexión sobre los medios de comunicación de masas. Concebir a los medios como determinantes de la libertad humana requeriría demostrar que, por sobre dichos problemas, gobierna una lógica superior que los integra. Mientras ello no ocurra, el problema de la relación entre los medios y la libertad sigue abierto, y la pregunta por las cuestiones éticas en ese aspecto es una pregunta que todavía tiene sentido.

[1] Cfr.Giovanni SARTORI: Homo videns, p. 26, Taurus, Madrida, 1998.
[2] Cfr. Jürgen HABERMAS, Teoría de la acción comunicativa, pág. 572, Ed. Taurus, Buenos Aires 1990.
[3] Cfr. el análisis del actor televisivo Olmedo en: A. FORD: Navegaciones. Comunicación, cultura y crisis; Amorrortu, Buenos Aires, 1996.
[4] Cfr. García CANCLINI: Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad, Sudamericana, Buenos Aires, 1992.
[5] Cfr. A. FORD, J. RIVERA, E. ROMANO: Medios de comunicación y cultura popular, Legasa, Buenos Aires, 1985.
[6] Cfr. O. LANDI: Devórame otra vez, Planeta, Buenos Aires, 1992.


A partir de la lectura, prepara una intervención oral, con la cual respondas objetivamente, si los medios influyen en la construcción de personalidades débiles y cobardes.

SEMANA 2 BII LA REFUTACIÓN

Plantea una tesis, por la cual sería de tu interés, hacer el ejercicio de refutación.
Prepara una intervención en forma oral.

miércoles, 14 de julio de 2010

Nivel Básico


Escoge la respuesta correcta para cada pregunta.

LA VENTANILLA DEL BUS
Comienza a oscurecer, ya están encendidas las vitrinas de la Carrera Trece, en los andenes se agolpa la multitud; voy en un bus que lucha por abrirse paso en la congestión vehicular. Entre la ciudad y yo está el vidrio de la ventanilla que devuelve mi imagen, perdida en la masa de pasajeros que se mueven al ritmo espasmódico del tránsito. Ahora vamos por una cuadra sin comercio, la penumbra de las fachadas le permite al pequeño mundo del interior reflejarse en todo su cansado esplendor: ya no hay paisaje urbano superpuesto al reflejo. Sólo estamos nosotros, la indiferente comunidad que comparte el viaje.
El bus acelera su marcha y la ciudad desaparece. Baudrillard dice que "un simulacro es la suplantación de lo real por los signos de lo real" No hay lo real, tan sólo la ventanilla que nos refleja. Nosotros, los pasajeros, suplantamos la realidad, somos el paisaje. ¿Somos los signos de lo real?
Un semáforo nos detiene en una esquina. Otro bus se acerca lentamente hasta quedar paralelo al nuestro; ante mí pasan otras ventanillas con otros pasajeros de otra comunidad igualmente apática. Pasan dos señoras en el primer puesto. Serán amigas -pienso-, quizás compañeras de trabajo. Pero no hablan entre ellas. Sigue pasando la gente detrás de las otras ventanas, mezclando su imagen real con nuestro reflejo. Creo verme sentado en la cuarta ventanilla del bus que espera la señal verde junto a nosotros. Es mi reflejo, intuyo; pero no es reflejo: soy yo mismo sentado en el otro bus. Con temor y asombro, él y yo cruzamos una mirada cómplice, creo que nos sonreímos más allá del cansancio del día de trabajo. Los dos vehículos arrancan en medio de una nube de humo negro.(Texto tomado de: P…RGOLIS, Juan Carlos; ORDUZ, Luis Fernando; MORENO, Danilo. Reflejos, fantasmas, desarraigos. Bogotá recorrida. Bogotá: Arango Editores, Instituto Distrital de Cultura y Turismo, 1999.)


1. En el texto anterior predomina:
A. la descripción del entorno material de una ciudad a partir de un viaje en bus por el centro de ella.
B. la narración del viaje que alguien realiza en un bus por el centro de una ciudad y la presentación de sus reflexiones.
C. la caracterización de una ciudad a partir de la relación existente entre el transporte público y el individuo.
D. la presentación de una teoría sobre la forma de descubrir la falsedad dentro de una ciudad.

2. Otro posible titulo para el texto anterior sería:
A. La ciudad y el transporte.
B. Caos y transporte.
C. La ciudad se puede leer.
D. El transporte público.

3. En el texto predomina una narración que combina:
A. la primera persona del singular y la segunda persona del plural
B. la tercera persona del plural y la tercera persona del singular.
C. la primera persona del singular y la primera persona del plural.
D. la segunda persona del plural y la tercera persona del singular.

4. El enunciado “un simulacro es la suplantación de lo real por los signos de lo real” se introduceen el texto con la intención de :
A. argumentar la idea de que leer la ciudad es leernos a nosotros mismos.
B. definir el significado de simulacro partiendo de un viaje en bus por la ciudad.
C. proponer un método para leer la ciudad a partir de los planteamientos de Baudrillard.
D. discutir la concepción de Baudrillard en torno a la posibilidad de hallar la ciudad.

5. Del enunciado “Nosotros, los pasajeros,suplantamos la realidad, somos el paisaje” se puede concluir que:
A. los individuos que componen la masa son sólo objetos para ser observados.
B. siempre que se hace parte de algo colectivo, es inevitable suplantar la realidad.
C. el concepto de paisaje se fundamenta en la inexistencia de la individualidad.
D. el objeto que constituye la realidad es el mismo sujeto que la observa.

6. Las expresiones Serán amigas y quizás compañeras de trabajo, ubicadas en el tercer párrafo, se han impreso en letra cursiva con la intención de:
A. introducir comentarios que el autor del texto hace para sí mismo
B. formular interrogantes del autor del texto hacia sus lectores.
C. señalar diálogos entre el autor y el narrador del texto.
D. evidenciar la participación de uno de los personajes en el texto.
7. Cuando el texto habla de comunidades apáticas e indiferentes, se refiere a :
A. las personas que transitan por el centro de la ciudad
B. algunos individuos que observan críticamente la ciudad
C. todos los seres que pertenecemos a la ciudad.
D. los usuarios del transporte público en la ciudad.

7. El texto La ventanilla del bus se puede clasificar como urbano, porque:
A. trata un problema propio de la ciudad, a partir de referentes urbanos y con un lenguaje propio de ciudad.
B. analiza las causas del estado actual de la ciudad, apoyándose en estudios científicos y valiéndose de ejemplos de ciudad.
C. profundiza en una problemática de ciudad partiendo de teorías antropológicas y proponeun nuevo lenguaje para la ciudad.
D. insinúa algunas problemáticas de la ciudad a través de anécdotas citadinas, expresadas con un lenguaje propio de la literatura.

Nivel avazando

Escoge la respuesta correcta para cada pregunta.MITOS, VIAJES, HEROESCinco civilizaciones antiguas, Babilonia, Egipto, Israel, Grecia y Roma, tuvieron un estrecho contacto que originó lo que hoy conocemos como mundo occidental. Entre ellas, la cultura griega fue la más influyente y decisiva en la formación de nuestra cultura y, desde el punto de vista histórico y social, contribuyó en gran medida al desarrollo de las formas de pensamiento y de la concepción del mundo actual; también aportó temas, formas, estilos e incluso géneros literarios, como la Épica, la lírica, la tragedia y la comedia.

Con respecto a los poemas Épicos, los más conocidos e importantes de la literatura griega son la Ilíada y la Odisea, compuestos y transmitidos oralmente por poetas itinerantes, llamados aedos y rapsodas, y cantados en celebraciones de carácter civil y religioso; los temas se refieren a las leyendas de la guerra de Troya, como en la IlÌada, y al relato del viaje de regreso de algunos héroes a su patria, y de las dificultades y peripecias para lograrlo, como en el caso de Ulises en la Odisea. Es quizás este último el héroe Épico que ha logrado trascender los límites de la mitología y Épica griegas para convertirse en un símbolo universal, ya que logra adaptarse a una sociedad más abierta y evolucionada.

En este poema vemos al héroe, en su viaje de regreso, enfrentando y superando, gracias a las artimañas de su inteligencia, grandes obstáculos y peligros, representados por seres míticos como los cíclopes, los lestrígones, los lotófagos, las sirenas, las rocas errantes, etc. Sin embargo, dentro del largo viaje que emprende el héroe Odiseo para volver a su patria, Ítaca, debe vivir contra su voluntad una espeluznante aventura: ir camino del Mundo de los Muertos con el encargo de consultar allí, en el Hades (la Mansión de los Muertos), al adivino Tiresias. Odiseo, descorazonado, emprende la ruta hacia el Hades a preguntar al adivino cómo regresar a su casa, a Ítaca. Este tema del descenso al Hades es común en la literatura Épica, pues ya otros héroes griegos habían bajado al reino de las sombras. Es el caso de Orfeo, quien bajó a liberar a EurÌdice; el de Heracles, quien fue a cumplir una prueba de fuerza: traerse al enorme perro guardián de tres cabezas, el Cancerbero monstruoso, y el de Teseo, quien entró para raptar a la reina de los muertos, Perséfone.

También Virgilio, poeta romano, dirigirá a Eneas al Hades con un afán profético nacional, y Dante, en la Divina comedia, cargará su descripción del reino infernal con un tremendo conocimiento teológico, propio de la Época. Este viaje a la Mansión de los Muertos también fascinó a héroes de otras culturas como la oriental mesopotámica: aquí, el héroe GilgamÈs va al mundo de ultratumba a sacar, del fondo de las aguas de la muerte, la planta de la vida eterna, la cual pierde irremediable y trágicamente. En el viaje que realiza Odiseo, a diferencia del viaje de Gilgamés, el héroe poco espera después de la muerte, las almas vagan como tristes fantasmas nostálgicos de la vida que perdieron; en cambio, en la saga mesopotámica el héroe siente una fascinante atracción por ese universo espectral y por los invaluables secretos que ese Otro Mundo encierra.En el viaje de Odiseo se encarna el talante del griego de la Época arcaica, que, además de cruzar y surcar el Mediterráneo para fundar colonias en sus costas, viaja lejos a comerciar y a conocer nuevas gentes y tierras. El viaje al Hades es un motivo más en la serie de aventuras marinas de Odiseo y, en cierto modo, sirve para marcar el último límite de sus errancias y aventuras. El mundo de los muertos es lo más lejos que puede peregrinar cualquier héroe, demostrando con esto, en definitiva, la estatura mítica del héroe, a quien se le atribuye el más esforzado arrojo, valentía y empeño. Carlos García Gual, Mitos, viajes, héroes (Madrid, Taurus, 1985)

1. Según el texto anterior, el tema del descenso al Hades es propio, sobre todo, de la literatura:
A. cómica
B. lírica
C. trágica
D. épica

2. En el texto anterior, las ideas principales se presentan en el siguiente orden:
A. la influencia de la cultura griega en la cultura occidental, la dimensión universal de Odiseo, las diferencias entre los viajes de héroes de distintas culturas.
B. los géneros de la literatura antigua, los poemas épicos griegos, los héroes del panteón griego.
C. el héroe griego y el héroe mesopotámico, el talante del griego de la época arcaica, los conocimientos teológicos en la Divina comedia.
D. el desarrollo del pensamiento en la cultura griega, el desarrollo del pensamiento en la cultura mesopotámica, el desarrollo del pensamiento en la cultura occidental.

3. Según el texto, el encuentro de Odiseo con el adivino Tiresias en el Hades representa una escena que se puede definir como:
A. un rito fúnebre.
B. una consulta oracular.
C. una ceremonia religiosa.
D. un acto de sacrificio.

4. El propósito principal del texto anterior es:
A. establecer la diferencia entre los viajes al Hades de Odiseo y de Gilgamés
B. mostrar que el viaje al Hades es un motivo literario importante en la literatura épica.
C. diferenciar el viaje de Odiseo al Hades de los de otros héroes griegos como Orfeo y Heracles.
D. explicar la importancia de los viajes en el desarrollo de la cultura de Occidente.

5. Según la información contenida en el texto anterior, es posible inferir que los seres con los que se encuentra Odiseo en su viaje de regreso (lotófagos, cíclopes, lestrigones, sirenas) cumplen dentro del relato, la función de
A. ayudantes
B. oponentes
C. guías
D. dadores

6. El texto anterior es de carácter:
A. narrativo, porque el autor relata las peripecias de Odiseo para llegar a Ítaca.
B. poético, porque el autor estudia aspectos relacionados con los poemas homéricos
C. expositivo, porque el autor presenta un tema determinado y lo desarrolla.
D. dramático, porque el autor plantea el drama que vivió Odiseo al descender al Hades.

7. Según el texto, Odiseo, en su viaje de regreso, enfrenta peligros representados por seres míticos como los lotófagos, los lestrigones y las sirenas. De lo anterior es posible inferir que estos seres provienen de una tradición que Homero tomó de:
A.los cuentos de hadas.
B. los cuentos populares.
C. las novelas históricas.
D. los cantares de gesta.

8. En el texto anterior se afirma que el héroe griego Odiseo y el héroe mesopotámico Gilgamés asumen posturas diferentes con respecto al descenso al Mundo de los Muertos, porque:
A. para Odiseo representa una oportunidad de conocer nuevas gentes y tierras, y para Gilgamés tiene un verdadero sentido de trascendencia.
B. para Gilgamés representa un sitio más en el andar del héroe, y para Odiseo, un destierro del mundo terrenal.
C. para Odiseo representa el camino para acceder a secretos y misterios ultra-terrenos, y para Gilgamés, una experiencia más real y cotidiana.
D. para Gilgamés representa un mundo triste, de polvo y corrupción, y para Odiseo, el sitio de reencarnación de las almas.
9. Teniendo en cuenta el enunciado “Virgilio, poeta romano, dirigirá a Eneas al Hades con un afán profético nacional, y Dante, en la Divina comedia, cargará su descripción del reino infernal con un tremendo conocimiento teológico, propio de la época”, es posible inferir que entre la Envida y la Divina comedia ha ocurrido una transición de
A. lo divino a lo humano.
B. lo pagano a lo cristiano.
C. el monoteísmo al politeísmo.
D. lo teocéntrico a lo geocéntrico.